martes, 29 de octubre de 2019

[feed] Ella deviene anacrónica. Sobre El año del desierto, de Pedro Mairal



Mairal, Pedro (2015) El año del desierto. Buenos Aires, Emecé

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Mi primera lectura de un lector al que le tenía cierto prejuicio totalmente infundado. El año del desierto es una buena novela que se mantiene en un suspenso equidistante entre la aventura fantástica y la alegoría.

Cuenta la historia de una secretaria contemporánea que presencia una, otra, cualquiera de las crisis periódicas rioplatenses. Entre corridas y represión la protagonista se encierra en su casa y ahí comienza la novela pues de a poco se va revelando que no se trata de una crisis ordinaria (el oxímoron es válido para Argentina) sino que algún tipo de transformación superior está ocurriendo. El lector lo descubre pronto, entre acontecimientos claros y pistas sutiles: el país retrocede. Pero no como metáfora de humanismo acongojado sino literalmente, las estructuras sociales, económicas, políticas y culturales comienzan a retrotraerse.

Para que el juego funcione, este devenir-anacrónico es imperceptible para las conciencias de los personajes y, en particular, el de la protagonista, cuya identidad será el punto fijo que funcionará como fundamento y punto de partida y habilitará entonces la experiencia del viaje como tal. La novela es, por lo tanto, un experimento literario, como de taller (algo muy similar percibí cuando leí el cuento de Mairal incluido en una antología reciente). Pero un experimento de 300 páginas requiere técnica, oficio y disciplina. En general, se logra esquival el recurso fácil, se muestra sin explicar, se sostiene el juego abierto para que el lector pueda hacer toda la decodificación. Pero además, hay estilo y hay una decisión estilística, que consiste en sacrificar la rigidez de las reglas en virtud de la narrativa y de la funcionalidad. Hay reglas, entonces, pero son ambiguas o laxas.

Por otro lado, Mairal elije con inteligencia y riesgo una protagonista que es mujer y pertenece a la clase trabajadora. Con riesgo porque habrán decisiones que tomar inevitablemente, y con inteligencia porque eso hace de este juego de experimentos imaginarios, también, un paseo por la historia de los oprimidos. Y más aún, de las oprimidas. Parafraseando un chiste del podcast de Dan Harmon: ¡nunca preguntes a una mujer qué le pasó en su viaje por la Historia!


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