Kreplak, Inés (2019) La ilusión de la larga noche. Buenos Aires: Santos locos.
Elogié mucho la primera novela de Inés, Confluencia. Su segunda publicación es esta antología poética editada bella y artesanalmente por Santos locos (editorial que no conocía y que tiene unos caprichitos que no están nada mal, como algunas ilustraciones antiguas y la textura de la portada.
Siempre me es difícil reseñar poesía, me limito a relevar el dispositivo de enunciación, notar algunas relaciones, no mucho más. En la poesía de Inés hay un juego de tensiones entre voz lírica y autora que continúa el desafío iniciado en Confluencia, pivoteando entre lo personal y lo íntimo, con lo político (no "la" política) como eje. Por eso es posible morir "a destiempo". Así se confunden, en "La sensación", choques biológicos y contrastes sociales. Así también, por ejemplo en "Veníamos medianamente bien" (mi favorito), el que el tono testimonial se confunde o se difunde en un entorno tragicómico (quisiera decir: dramacómico, o cómico dramático)
(...)Con la experiencia me fui templando.
Caló hondo en mí la certeza de que como era no iba.
Que para ser querida debía acatar.
Perdí la esencia. Hasta ceder.
Hasta desear que me acaricie alguien, pero que me acaricie.
Veníamos medianamente bien.
Hasta que te pedí con una sonrisa
si me convidabas un cigarrillo del paquete que acababas de sacar.
Pensaste que te hacía un reproche por no ofrecérmelo.
Te dije que no.
Me dijiste que no fuera histérica. Que si quería algo lo pidiera
y que si no llegaba no lo reprochara.
Hasta ahí veníamos medianamente bien.
Mirá que lo intenté, eh. (2019: 37)
El breve poemario está dividido en dos partes nominadas "El día más corto del año" y "No vine a este mundo a manejar mis emociones con mesura". La primera parte es un poco más introspectiva, la segunda plantea un diálogo o confrontación con lo social. Es un encuentro inevitable pero crítico, es un "Cómo hacer para que / lo que me dicen / importe menos / si todo el mundo gira / alrededor de las palabras" (41). En ambos casos se propone una tensión entre lo íntimo (donde la muerte materna y la consecuente reasignación de roles constituye de nuevo un ineludible identitario-discursivo) y lo público (donde el fantasma del Otro es extrañado, rechazado, ansiado o resignado). En un espacio imaginario de equilibrio se espera que "aparezca el orden" si es que a través de la palabra como única herramienta-arma es posible restituir el sentido, en forma de roles familiares ("El lugar que ocupabas en la mesa sigue vacío") y, al mismo tiempo, se espera un devenir-inmadura que es tanto volverse niña como hacer retroceder la enfermedad ("Bondi a Villa Kreplak")
El verso libre y la temática mayormente cotidiana hacen de estos textos un paseo breve, bello, ligero.
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