al final, se fué rocío. semejante conclusión del episodio, según un autocomplaciente peluffo y su camarilla de expertos, cierra con tapón la malévola suspicacia de la audiencia: no era un acting ¿vieron?.
seguro, podríamos entretenernos pensando en el transtornado vocabulario ezquisoide de este público masivo que piensa en criollo y habla en inglés, acusando a sus mujeres de hacer actings, y no de actuar, o fingir. pero detengamos -un minuto, señores productores- la cámara en el [no] acting de rocío.
los participantes seleccionados casting mediante, son elegidos según rigurosos criterios que seguro fueron escritos en algún idioma europeo. lo importante es que cada candidato es elegido para ocupar un determinado lugar, para cumplir una función. por ejemplo, alejandro y luz tenían la función de activar los resortes del fetiche y del morbo durante las primeras semanas (una lesbiana aún adolescente con un físico impresionante y un transexual que se muere de ganas por contarle al mundo su condición). algunas de estas funciones son más oscuras de adivinar que otras. la de rocío no es el caso. el programa, hemos hablado de esto, es un emprendimiento cuyo lucro depende directamente del rating. pero tiene un subproducto importantísimo, que es la manufactura de famosos baratos, que luego serán reinvertidos como parte del capital inicial de programas veraniegos, como conductores, como actrices de teatro revista, y los conocidos fines de mercado para los cuales las productoras ya han decidido para siempre que conviene usar famosos en lugar de humanos rasos. el nulo talento que han desparramado ante las cámaras a lo largo de estos años jóvenes famosos como trezeguet y luna, son refuerzos para recordar cuando volvamos a pensar sobre la fama y sus condiciones.
decíamos, entonces, el lugar de rocío. ampliamos: el contradictorio lugar de rocío, entre el interés de la productora de planificar la producción de famosos (rocío cumple con los requisitos claros: curvas televisivas, expresión de ingenua -o algún sinónimo menos amable- belleza, y esa cosmología particular que amalgama fama, erotismo y el mismísimo sentido de la vida. esto no es necesario demostrarlo, hay una playboy y una edición del carnaval litoral que muestran claramente el punto en el que las aspiraciones de rocío coinciden con las de telefé contenidos), entre este interés, decíamos, y la forma de "jugar" de un grupo humano extraído de una sociedad que todavía responde a ese modelo en que somos todos feministas, pero los nenes votan a las nenas, y las nenas... también. si revisamos los primeros tres expulsados de las seis ediciones de GH, hallaremos trece mujeres y cinco hombres. como este no es el tema, me voy a limitar a sugerirlo: si es cierto que las nenas son más vulnerables al voto prejuicio (porque ¿en base a qué las votan?), tal vez también sea cierto que entre estas, las predilectas a la hora de castigar, son las que llenan los casilleros que conforman el modelo de la popularmente conocida "puta" (elija usted la expresión que le quepa).
¿y qué aspirante a vedette puede darse el lujo de no llenar estos casilleros? silvina luna fue nominada y expulsada, pero la producción (y no "los participantes", como esta gente repite y repite para convencer) volvió a meterla en la casa. por eso la situación de estas muchachas es contradictoria. necesitan mover el culo contra algún caño -que endemol proveerá rápidamente-, y por esto mismo son castigadas.
así pues, rocío fue la primer expulsada del gh 2011. y en cuanto la producción decidió poner en acción las reglas espectaculares de este "nuevo" gran hermano (que de nuevo tiene sólo la evidenciación de que las supuestas "reglas" del "juego" les chupan un huevo), es decir, decidieron reinstalar de una patada al monigote que no entendió ni el propio juego que estaba haciendo, pero que era popular, en seguida aprovecharon para meter de nuevo a la que pisará las maderas de córdoba o mar del plata el verano que viene (los otros dos que entraron son: la que había durado más -es decir, la más famosa- y el único hombre que había salido del closet, dos funciones bastante claras. no arriesgar, no dejar nada al azar. ley de oro de la televisión).
la joven promesa tuvo semanas para mirar por la tele y en internet, cómo nadie se fumaba, afuera de la casa, el ambiente de viaje de egresados -BFF, respetemos los códigos y que no decaiga- que el grupo de homínidos que conformaban segmento ABC1 construyeron dentro de la casa. rocío tuvo semanas para apasionarse con el relato que la producción tenía preparado para cuando la fascinación morboerótica decayera y fuera necesario el drama. el relato de cristian u. y dice:
un joven luchador, de extracción baja o media baja, que enfrenta todos los obstáculos de la vida y triunfa sobre los demás, aliados de ojos tan claros como sus códigos . tal vez sea violento, sí, un poco torpe, y sus modales dejan mucho que desear. tal vez para triunfar tenga que traicionar incluso a la otra muchacha pobre, sí. pero justamente por esto, por ser pobre y cargar con las consecuencias de serlo (violento, mentiroso, etc), es más heroica la manera en que uno a uno va bajando a los normales competidores de clase media. la audiencia se emociona y ahúlla abrazada al televisor cuando la astucia y las tretas del héroe, valen más que las alianzas de los hijos de la pequeña burguesía local.
es decir: una variación del tema por antonomasia del cuento popular de la naciente burguesía registrada por los grimm. la astucia venciendo los privilegios de clase. bueno, una modernización, digamos, y dejemos eso ahí.
ahí, donde está rocío, sentada con su familia, o con sus amigos, que le explican que todos aman a cristian, que no hay manera de entrar y hacerle frente, que tiene que aliarse con él y así llegar al final, donde deberá intentar ganarle con alguna sutil estrategia que lamentablemente nunca conoceremos. entonces entra. ahí va rocío, envalentonada. prometiendo acomodarse a lo solicitado por las masas: menos moral y más política, en definitiva. sólo que rocío no quiere, no sabe querer lo que quiere cristian. ella quiere las tablas, las cámaras, los escándalos, las sonrisitas picaronas en pantalla gigante explicando noviazgos o amistades, ella quiere bailar para cumplir el sueño de algún pobre, que no es lo mismo que ser pobre, no tiene el deseo ni la ambición del mitómano de segunda, campeón de los humildes y los verseros, que hoy es furor en facebook.
pero sobre todo: la moral. el juego de cristian exige ignorar el conflicto moral. conflicto que a nadie le importa, claro, pero una cosa es mirarla y otra cosa es vivirla. el chiste con las estructuras morales es que nos permiten pasar por esta corta vida sin tener que perder mucho tiempo ni esfuerzo en pensar. si uno pudiera sacárselas de encima con sólo desearlo, no serían tan útiles y tan peligrosas. ¿puede rocío hacer esto? ¿puede una vedette hacer esto? pensemos un segundo en el cortejo de bellezas quiúrjicas que desfilan todas las temporadas frente a la sonrisa de un rial cada vez más tostado y la seriedad de una canosa cada vez más pálida. el ying y el yang que, según dicen, son dos dimensiones del mismo mundo. recordemos esas peleas, esos conflictos ¿acaso no son estrictamente morales? ¿de qué se acusan mutuamente? ¿no son siempre la envidia, la mentira, la traición, el deshonor, lo que se achacan divas y divos? ¿no pretenden ser todos, al final de la entrevista, íntegros?
rocío entra a la casa en el momento exacto en que los cráneos de endemol y telefé contenidos terminan de brindar por su exitazo, y ya se empiezan a preocupar por un cambio de dirección. les salió demasiado bien, el relato fue vendido de manera demasiado masiva. ahora el juego no tiene gracia, emanuel fue expulsado -dice la producción que dice la audiencia- por masiva obediencia al genial [i]strategós[/i]. general que en cuanto sintió la presión interna salió cagando. comandante que empezó nominándose por no saber ni a quién votar. líder que se volvió a quebrar en cuanto entró porque ni si quiera es capaz de retener lo que le explicaron cuando salió, a saber: que el resto del mundo no compartía la moralina interna de la casa. nada, ya está llorando por los rincones. en fin, héroe de barro, que se cae por todos lados, pero no podemos dejar de admitir que ha sido un poco más vivo que los demás participantes. tal vez aquí se cumpla la coronación de aquella monarquía en cierto país poblado de no videntes.
el resto de los participantes ven lo que pasó. estuvieron afuera y lo vieron, se juntaron para echar a cristian y no llegaron ni a boxes. despertados de su sueño juvenil de amor y amistad, golpeados en la cara con la realidad de una productora que para ganar rating les disminuyó drásticamente las posibilidades de ganar cien lucas verdes (en definitiva, el precio al cual se sostiene esta mentira de sueño, mentira que rocío no puede ver como tal porque se le caería el mundo), humillados diariamente por no haber sabido calcular lo que pasaba y creer que iban bien, están enojadísimos. y no pueden disimular su odio, que dirigen -¿a dónde sino? si a papá rial ya queda claro que no tiene sentido, porque cuando nos cortan la cámara, él se queda hablando, y a nosotros nos editan- a cristian, y claro, a los que encima tengan el tupé de hacerse amigos de él.
no sé si se lo habrán hecho sentir a rocío, o si fue ella misma la que se lo hizo sentir, la que no aguantó sus propias estructuras moralizantes, su propio deseo de viaje de bariloche intocable, descanso de angustias y contradicciones, mansa laguna burguesa de pasiones disimuladas. Lo que sí sé es que su crisis es un acting. sólo que es un acting dirigido sobre todo, y en primer lugar, a ella misma. en el fondo, todos saben que esos códigos son de cartón, todos saben que su amistad y su palabra no vale ni los cien mil dólares, que hasta se conformarían por los quince días de fama. pero para aceptar esta verdad que surge de lo más profundo de su propio conocimiento, hay que rechazar toda una cultura que la sostiene, que sostiene sus prácticas, sus deseos, sus justificaciones. si es cierto que son todos chantas, que el "juego" vale más que los valores, esto tiene que ser cierto también en la vida real. también fuera de cámara lo que prima es el interés y la especulación.
y para algunas personas, negar esto es fundamental para poder seguir viviendo. para algunos negocios, también.
rocío necesita salvar su mundo, endemol necesita reforzar el realismo con el cual se venden estos programas. por lo tanto, la crisis de rocío no es el grito desesperado de una moral sobreexigida, sino la consecuencia de la tensión del "juego", según los empresarios, o un acting, según los opinólogos y fans de cristian.
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