domingo, 5 de noviembre de 2017

sombras, nada más [otra vez Cowboy Bebop]

 volví a ver (¿y van?) Cowboy Bebop. ¿hubo algo mejor? ¿se puede hacer algo mejor?



que azar fantástico cambió nuestra suerte cuando programaron locomotion allá por el final del menemato. cómo calcular el valor debido y a quién. y en fin, ¿qué no se ha dicho ya?

que, desde luego, aceptamos semejantes niveles de basura desde entonces. intentar recordar las últimas veinte series que nos hayan recomendado es sentir vergüenza ajena. pensar en qué perdiste tu tiempo los últimos veinte años, propia.

que qué ganas de volver a fumar.

que la memoria y la identidad son dos espectros, presuntas -falsas- hipóstasis del conjunto obtenido de una recolección fatalmente azarosa de una serie de detalles. cowboy bebop entiende esto como nadie, y lo explota hasta el dolor.

en cadencia apenas potenciada: los detalles que conforman el pasado de spike, luego el de jet, luego el de faye, de nuevo el de spike (jupiter jazz, por si alguien estuviera leyendo), de nuevo jet, de nuevo faye, de nuevo y finalmente spike.

una melodía, un aroma (si nos ponemos proustianos), un gesto. sobre todo eso: un gesto. si ser humano es pensar y pensar es abstraer, en ese equilibrio precario se nos devuelve al peligro de lo real: la nada.



o por ejemplo: recuperar la memoria para comprender que es inútil. recuperar la identidad y devenir nihilista. la paradoja nietzscheana parte de un juego de géneros (el melodrama, el policial y el western) y nos enfrenta al abismo. los fundamentos de la casa sobre la que se acuesta, dibujando el lugar donde estaba la cama. esa síntesis corporiza el proceso al que cada línea lleva en cowboy bebop: un cigarro antes a medias, un cigarrillo a medias después -escribió Jorge Schussheim- el universo es una mentira construida sobre preposiciones y adverbios.

el valor absoluto del momento en que ella rompe esa flor en mil partes -recuerda ¿ella? ¿él?- y deja caer en sucesión aleatoria: es el valor del sino, es el deseo estoico de comprender que sólo sucede lo que sucede y no otra cosa, y que lo que ha sucedido ha sucedido para siempre. ahora: ¿es una clave? ¿es un gesto? no vengas: es una trampa, van a matarte. ¿diría eso julia con la flor?[1] 



implacables, se nos enfrenta a un silencio higiénico, preciso.































































[1] pero responder esas preguntas no es un problema del arte sino de la historia. es y no es, dice y no dice. ambivalente estadio o estadio en suspenso como el del conde de ugolino que ejerce y no ejerce el canibalismo en los primeros días de febrero de 1289 (dice dante, dice borges)

No hay comentarios: