jueves, 7 de abril de 2016

[feed] pequeñas bombas fluidas / sobre La familia, de Gustavo Ferreyra



Ferreyra, Gustavo. La familia. Buenos Aires, Alfaguara, 2014, 570 p.

Es lo primero que leo de este autor, pero quienes lo conocen bien me aconsejaron mucho esta novela. A mí se me hizo larga de a ratos (las escenas del futuro), pero es el único detalle negativo que podría marcar en lo que, por lo demás, es un relato enorme (en ambos sentidos de la palabra).

Utilizando diferentes estrategias narrativas (distintos narradores con distintos puntos de vista, y diferente distancia con los personajes), el texto trabaja de a fotogramas que van y vienen en el tiempo dejando tras de sí el rastro de una historia que es, claro, la historia de una familia: los senderos que se bifurcan y convergen en el nudo central, llamado Sergio Correa Funes, un licenciado en filosofía cuya frustrada paternidad determina (pero ¿cuánto? y, sobre todo, ¿cómo? son las dudas que hacen que esta determinación sea interesante) una teoría acerca de la Vida y del Sujeto que será fundamental -se nos asegura- en la historia de las ideas del porvenir.

Por lo tanto, no es solamente la historia de una familia, sino que al mismo tiempo es, o quiere ser, también, una hipótesis sobre La Familia. Las mejores sentencias provienen de estas reflexiones. En algún lado Ferreyra escribió, cito de memoria: "Mientras la familia exista, el individuo es una hipótesis". Abundan pequeñas bombas demoledoras de sistemas de pensamiento como esta. Al final, un ensayo ficticio, o una ficción ensayística, cierran el conjunto. Se ve que Ferreyra ha leído muy bien a Piglia: cuando una teoría es demasiado bella, es mejor no arruinarla demostrándola o llevándola a la academia, sino ficcionalizarla (uno de los trucos de Respiración artificial)

Luego, la brillante, pulida, sólida forma de escribir del autor, es otra cuestión a señalar. Existe una lógica del discurrir del pensamiento, que se parece más a la de asociación de ideas freudiana que a la inducción y deducción del método científico. Hace algunos días estuve leyendo a Dostoievski, de manera que se me antojó ahora recordar sus buenos ejercicios en este terreno. Esta capacidad de Ferreyra hace que los personajes menos ensayistas (sobre todo Elba, pero también Sergio-Niño) se presenten con un flujo textual tan denso como ligero. Quiero decir, un caudal enorme, que sin embargo no pesa al lector, por la divertida forma de encausarlo.

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